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miércoles, 4 de mayo de 2011

La película mala de Barack

Ya en la antigua Grecia se decía “la frivolidad es necesaria para no estallar de intensidad”. Ésta parece ser la máxima de Barack Obama, un Nobel de La Paz venido a menos, un líder-espejismo, un tratado de marketing político.


¿Qué mejor manera de generar una buena dosis de frivolidad para liberar al pueblo americano, y por extensión salvar al resto del mundo, de las atrocidades cometidas por los terroristas islamistas (¿no es verdad, señor Barack?) que anunciar en prime time, con una sonrisa entre terriblemente estúpida y orgullosamente necia, el asesinato de Osama Bin Laden, jefe de la organización terrorista Al Qaeda?